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Creatividad y mejora continua, herramientas clave para el diseño social

Creatividad y mejora continua, herramientas clave para el diseño social

  Camilo Barreto -

  05 de abril de 2021

El diseño social es una rama de conocimiento dentro del campo del diseño, compuesto por un conjunto de herramientas y estrategias que buscan ir más allá de vender un producto o prestar un servicio.

Esta forma de diseño integra aspectos clave como la importancia de la participación social, la creación de comunidad, el manejo y utilización de recursos disponibles, tiene en cuenta los impactos sociales, ambientales y económicos que pueda traer consigo el desarrollo de nuevos productos y servicios, sin dejar a un lado el resolver la necesidad identificada en el mercado.

En el ejercicio de concebir ideas de emprendimientos que sean innovadoras, los emprendedores se encuentran con diferentes retos como el de no saber que producto proponer, como ejecutarlo, qué materias primas o procesos utilizar y cómo estructurar sus proyectos. Con esto en mente, se evidencia como se puede empezar a utilizar herramientas clave para que el diseño social se lleve a cabo de la mejor manera en los proyectos y se supere los retos que se presentan en el desarrollo de los emprendimientos.

De primera mano, se encuentra la herramienta de la creatividad que, según Lubart, Mouchiroud, Tordjman y Zenasni en su libro la Psicología de la Creatividad, es “la capacidad de producir algo nuevo y adaptativo, teniendo en cuenta las limitaciones de una situación planteada” (Lubart, Mouchiroud, Tordjman, Zenasni, 2003).

A partir de esto, se ve la importancia de delimitar los proyectos, para empezar a ver un panorama claro respecto a lo que se desea hacer. Una vez este panorama este delimitado se pueden empezar a proponer ideas u objetivos clave que se quieren lograr para estructurar el emprendimiento. Esto puede ir acompañado de lluvia de ideas, búsqueda de referentes, actividades de participación y de ideación que busque que las personas involucradas propongan precisamente objetos o servicios nuevos o adaptativos que resuelvan la necesidad en el mercado.

Cuando ya se tiene claro el panorama del proyecto y los objetivos que se desea lograr, los emprendedores pueden empezar a introducir la herramienta de mejora continua, con el fin de poder estructurar el desarrollo del proyecto de la mejor manera posible. Esto se puede realizar utilizando el ciclo PHVA o el ciclo de Deming (Deming, 1989), una herramienta de mejoramiento de procesos que puede ser aplicada en cualquier entorno empresarial.

Esta herramienta se divide en 4 pasos. El primero es P- Planear: en donde se organizan los objetivos en el tiempo a corto, mediano y largo plazo; H- Hacer: en donde se realizan las actividades dentro de un plan de trabajo organizadas en el paso anterior; V- Verificar: se evalúa el desempeño de las actividades realizadas comparando el resultado deseado con el resultado obtenido; y A- Actuar: se plantea acciones correctivas o de seguimiento para poder continuar con el desarrollo del proyecto.
Una vez se llega a este último punto, se vuelve a empezar con el primer paso de planear y así se introduce la herramienta de mejora continua en los procesos del emprendimiento.

Durante la aplicación del ciclo PHVA se plantea seguir utilizando la creatividad como herramienta clave para poder afrontar todos los retos que se presenten, buscando siempre proponer algo nuevo o que se adapte de la mejor manera, incluyendo a todas las personas con las que se trabaja y con esto, poder desarrollar una idea de emprendimiento desde el diseño social de manera estructurada, ágil y proactiva.
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Lubart, T., Mouchiroud, C., Tordjman, S., & Zenasni, F. (2003). Psychologie de la créativité. [Psychology of creativity]. Paris: Armand Colin.

Deming, E. (1989). Calidad, productividad y competitividad: la salida de la crisis. Madrid: ThomsonEditores?.